Pensamiento escolástico

La estética del gótico responde a una serie de pensamientos filosóficos que surgen en las ciudades, y más en concreto en las universidades medievales que comienzan a fundarse. Las ideas dominantes provenían de la escolástica, que es una filosofía creada por Santo Tomás de Aquino que explicaba los planteamientos de Aristóteles bajo una perspectiva cristiana.

Uno de los principales objetivos de la escolástica es el estudio de la naturaleza. A la par, San Francisco funda su orden (una de las primeras urbanas) y afirma que se puede conocer y amar a través de sus criaturas, pues como obras de Dios participan de su grandeza. Se considera al hombre y a la naturaleza, por tanto, como algo bello y digno de ser fielmente representado. El naturismo es algo propio de las creaciones góticas, en contraponsición al antinaturismo del románico.

Otro pensamiento convive con el aristotelismo, el neoplatonismo, que influirá en la aparición de una estética basada en la luz. Cuando el abad Surger levantó cerca de París la abadía de Saint-Denis (que puede considerarse como una de las primeras expresiones artísticas del gótico), se basó en una estética nueva que identificaba a Dios con la luz. Los fieles podrán participar de la presencia de Dios a través de la "luz celestial". Por tanto, el templo debe ser inundado de luz, una luz tamizada y coloreada que "emanará" de las vidrieras.

Los arquitectos y constructores góticos tendrán que resolver el gran problema que supone sustituir los gruesos muros por finas vidrieras, cuanto más grandes mejor, coloreadas con pinturas transparentes de colores vivos. Y, evidentemente, lo consiguieron.